sábado, 5 de enero de 2013

LA COLUMNA DE HUGO SANTOS



FELIZ AÑO NUEVO

¿A cuántas personas les dijiste estas tres palabras estos días de fin y comienzo de año? Sospecho que perdiste la cuenta.Yo, al menos, la perdí.Lo dicho es, por cierto, un hermoso deseo, pero ¿nos damos cuenta qué estamos diciendo?
Naturalmente uno está aludiendo a la felicidad en distintas dimensiones. Por ejemplo, ser feliz con uno mismo, es decir aceptarse y ser aceptado, estar en paz en la mente y en el corazón trasmitiendo esa paz hacia los demás. También ser feliz en la familia, en el trabajo, en la fe, en la esperanza, en Dios, fuente de amor, sentir que él nos tiene en la palma de su mano y nos dejamos querer por Él.
Pero todas estas cosas y otras no suelen venir solas. Más allá de marchas y contramarchas, requieren una actitud y un trabajo cotidiano de modo de hacer de cada día como un regalo que Dios nos ofrece para que lo recorramos creativamente. Cada mañana supone un nuevo amanecer y un conjunto de horas llenas de posibilidades.
Será necesario, entonces, vivir el año nuevo con sabiduría sacando algunos resabios negativos vinculados a cosas aprendidas o que repetimos espontáneamente que no nos acercan a esa felicidad, sino todo lo contrario. Por eso, me permito acercar algunas sugerencias vinculadas a actitudes que tal vez no fueron suficientemente incorporadas en nuestra historia y que pueden ponernos en el camino hacia ese estado del alma tan deseado. Ahí van:
* La felicidad que puedo lograr este año depende de que yo decida ya mismo ser todo lo feliz que pueda.
* Evitar lo más posible de malograr mi presente con la memoria exagerada de los fracasos, dolores, errores y cosas negativas del pasado y la carga excesiva de ansiedad frente al futuro que siento como incierto.
* No empecinarme en cambiar a las personas o circunstancias, soy yo el que debe cambiar primero respecto a ellas.
* Tratar de huir de lo superfluo y lo que me limita en el desarrollo de mis potencialidades.
* Debo recordar que nadie puede ser feliz mientras dependa demasiado de las opiniones y los juicios de los demás.
* Nadie puede ser feliz si vive sufriendo y pensando obsesivamente en aquello irremediable o en lo que podría ser un desastre o desgracia no habiendo ninguna garantía que esto ocurra.
* No vivir pretendiendo una vida llena de facilidades, como si las dificultades, los contratiempos, las pérdidas y los obstáculos no fueran parte habitual de la vida cotidiana.
* Recordar que la felicidad no depende tanto de lo que nos sucede sino de la forma en que lo percibimos. Debo aprender a descubrir lo mejor en los demás y manteniendo siempre la esperanza hasta en las situaciones más difíciles.
* Es importante saber disfrutar cotidianamente de lo que se tiene sin vivir obsesionados pensando siempre en lo que no tenemos.
* Gozar con nuestros crecimientos. Sentir satisfacción cuando nos libramos de ese hábito o tendencia de nuestra conducta que no nos hace bien y que hace daño a otros.
* La persona feliz deja huellas de sus acciones en otros favoreciendo la comunicación.Procura no dejar pasar un día sin hacer a alguien un poco más feliz. Ayuda a los demás a descubrir lo mejor de sí mismos.
* Si aceptamos la existencia de una inteligencia espiritual y afectiva, quien busca la felicidad en Dios alimenta su mente con la idea de que lo mejor está todavía por vivirse y hace del encuentro con los otros la posibilidad de poner en práctica lo que Dios le pide.
¿Serías capaz vos mismo de hacerte alguna otra recomendación en pro de un feliz año nuevo?
Pastor Hugo N. Santos

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