Despojado de su cancha por la dictadura, Fénix se mudó a Pilar. Hace más de medio siglo, era un ícono futbolístico de la barriada de Colegiales-Chacarita-Palermo.
Los que siguen la actualidad del fútbol de AFA, seguramente sepan que Fénix es un club recientemente ascendido a la Primera B Metropolitana. Su cancha está en Pilar y se trata de una entidad que progresa año tras año de la mano de un grupo gerenciador que coherentemente ha invertido capitales en beneficio de un club que en la mayor parte de su historia, paseó sus penurias por la Primera D, última categoría de los campeonatos locales, Claro, también había saboreado épocas felices, como cuando llegó a la final por el ascenso a la B (perdió con Almirante Brown) en el 65.
Pero, ¿qué tiene que ver ésto con nuestro barrio? Es que Fénix alguna vez tuvo su cancha en Colegiales. Su modesto estadio, estuvo enclavado en medio de la villa que durante varias décadas se asentó en los terrenos donde hoy se levantan la UCA, el Polideportivo, Edenor y Plaza Mafalda.
Fénix, fundado en 1948 por los puesteros del Mercado Dorrego en un bar de Dorrego y Cabrera y cuya sede formal (estrenada en 1963 en Concepción Arenal y Charlone) todavía se encuentra en ese sitio, inauguró su campo de juego en 1955, en terrenos que pertenecían al Ferrocarril. Al club la fue dada la concesión de manera precaria, acaso como una medida para frenar la expansión de la villa, que comenzaba a crecer fuertemente en aquellos años. Al igual que Fénix, había otros clubes que proliferaron en Colegiales y tenían sus canchas en ese predio, si bien no llegaron a competir oficialmente. Antártida, Lucero de Palermo, Adolfo, Club Martínez, eran algunos de esos clubes, que desaparecieron, en su mayoría, cuando el gobierno militar erradicó la villa, limpiando todo lo que había en esas tierras usurpadas y cedidas -en el caso de los clubes- por el Ferrocarril.
Fénix sobrevivió pero despojado de su canchita, se vio obligado a deambular por diversos estadios. El pago de costosos alquileres representó un duro golpe para su presupuesto aunque, a los ponchazos, consiguió mantener su afiliación a la AFA. Hasta que a fines de los 90, empresarios ávidos de participar en el fútbol organizado, hicieron un convenio con los estoicos socios que sostenían al club y lo llevaron a Pilar. Actualmente, casi nada queda de la esencia del viejo «blanquinegro» tan arraigado a los barrios de Palermo, Chacarita y Colegiales. Tan sólo el nombre, Fénix, parece dar fe de que el club renació de sus cenizas, aunque muy lejos de su lugar de origen.
En la actual entrada de la UCA (Freire al 200) estaba la cancha de Fénix. Aquí no existían calles pero unos años después de que los militares tiraran abajo la villa (1978) se procedió a la apertura de varias arterias.
Fútbol, medio siglo después.
Ya no es el campo de juego del viejo Fénix, pero 50 años después, casi en la misma ubicación, también hay fútbol. Son partidos amateurs jugados en la UCA, y la gente puede observarlos desde la calle.
Su vieja sede de Concepción Arenal y Charlone supo de mejores momentos, pero a pesar de la actividad que allí se desarrolla es escasa, todavía sigue siendo el domicilio legal de la institución.
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