Treinta años cumplió en 2012 San Antonio. Desde entonces, supo ganarse un lugar entre las opciones que más eligen los vecinos de Colegiales y alrededores. Su pizza a la piedra es el caballito de batalla del tradicional local, aunque otras variedades y el ineludible cafecito que los parroquianos pasan a tomarse a cualquier hora del día, lo convierten en uno de los baluartes del barrio, no por contar con lujos exagerados, pero sí por su buen servicio y calidad en la mercadería. Su propietario, un muchacho llamado Hernán, casado y con tres hijos, suele darse una vuelta por el local durante las mañanas. En una de sus recorridas recibió a La Voz de Colegiales y le contó los secretos de una de la exitosa pizzería. «Sinceramente, acá no hay grandes secretos. Una cordial atención y que la comida sea rica son las claves. No va más allá de eso», contó Hernán, que si bien hace 15 años que está al frente del negocio, se preocupó en aclarar que «los maestros pizzeros son los mismos desde que esto abrió y la gente está muy identificada con el sabor de la pizza. En ese sentido, hay una continuidad de 30 años muy valorada por los clientes». Esos maestros de los que habla son Félix Ayala y Maximiliano Carballo. Más allá de ellos, «acá trabajan como 12 personas, contando hasta los motoqueros», indicó Hernán. Con respecto a este tema, el delivery es tan fuerte como la presencia en el local. «Los viernes y sábado, las dos líneas telefónicas están a full, no te dan respiro», explicó. De sus palabras se desprende que las ventas no son lo que escasea en San Antonio, lugar donde la competencia comercial tampoco es un dolor de cabeza para su dueño. «No podemos quejarnos -admitió- y en cuanto a otras pizzerías, hay espacio para todos, si bien la pizza a la piedra con horno a leña que hacemos casi no tiene competencia en la zona».
Algo que sí preocupa es la suba de precios. «Los insumos aumentan siempre. La muzzarella subió tres veces en un mes. Y es difícil trasladarlo a los precios porque no es como una verdulería, donde inmediatamente remarcan el producto. Acá sólo podés retocar el precio cada tanto, para que la gente no lo sufra». Por último, toca la madera de su mostrador cuando se lo consulta sobre la tan temida inseguridad: «Por suerte hace bastante que no tenemos problemas. Esperemos seguir así».
IMÁGENES DE SAN ANTONIO
TAMO' EN EL HORNO...
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