jueves, 13 de septiembre de 2012

"YA NO TENGO GANAS DE SEGUIR PELEANDO POR MI COLEGIALES"




Jorge Rovner (a la izquierda de la foto), en familia. Es un auténtico pionero, pues dirige desde la década del 80 un medio barrial que sigue conservando su vigencia.

Preocupado por la construcción del futuro túnel de Lacroze, Rovner es un enamorado del "viejo" Colegiales, y se permite observar con una mueca de desconfianza la explosión de progreso que la zona experimentó en los últimos años. "Yo ya pasé, estoy en viaje de vuelta, a un par de años de jubilarme y ya no tengo ganas de seguir peleando por 'mí' Colegiales", sentencia, con algo de resignación.
No obstante, asegura sentirse reconocido por la gente del barrio: "Algo dejé en Colegiales; muchas veces recibo el afecto del vecino que al menos piensa que siempre fui un tipo honesto que no se metió en curros (aunque pude hacerlo). Lo noto cuando desaparezco del barrio por uno o dos meses y cuando vuelvo, me saludan los vecinos, la gente que yo traté siempre. Eso para mi es impagable, una fortuna", enfatiza.
A propósito de su larga labor como comunicador zonal, concluye: "Me sentiré satisfecho si alguien dentro de varios años piensa que hubo un tipo que hizo una publicación durante 30 y pico de años que intentó ser representativa del barrio".
Por último, nos envió vía e-mail, un escrito a través del cual resume su pensamiento respecto de la situación histórica y la actual de nuestro barrio:

COLEGIALES Y SU TIEMPO
El barrio de Colegiales y sus alrededores hacia vecino de otras zonas y no sabemos si fue casualidad o parte de un país en evolución industrial o las dos cosas al mismo tiempo, fue desarrollándose cercano a otras zonas como Villa Pueyrredón, tierra de esfuerzo y trabajo, de sacrificio y transpirar en largas jornadas laborales. A través de este último barrio, fue vecino de Munro la localidad bonaerense con rica experiencia en fabricación textil y que muy posiblemente la apertura indiscriminada de las importaciones hiciera trastabillar cuando el menemismo como continuador de las políticas de Martínez de Hoz, decidió acabar con todo aquello que hiciera sonar el timbre de las fábricas llamando a una nueva jornada de trabajo.
Así las cosas este incipiente desarrollo industrial del barrio de Colegiales y alrededores, en particular Paternal, Villa Ortúzar y Palermo, vieron todos y cada uno que aquella etapa luego de los quintales cercanos a 1960 iría a dejar paso hacia otra reformulación urbana producto de la llegada de diversos medios de comunicación y productoras independientes en razón del levantamiento del ex Mercado Dorrego que dejó un inmenso espacio vacío en términos urbanos.
Aquel Mercado Dorrego en las adyacencias del actual Mercado de Pulgas y de Canal 9 fue lo que se conoce como una centralidad urbana y muy posiblemente el centro de abastecimiento de frutales y hortalizas donde concentraban las mercaderías en donde los vecinos compraban aquello que producían esos quintales en tierras de Palermo, Chacarita, Colegiales, Villa Ortúzar, etc.
Alrededor del Dorrego fueron dándose distintas actividades e incluso, el Club Fénix que tenía su estadio de futbol y campo de deportes en donde hoy se encuentra el polideportivo de Colegiales, surgió en su derredor la Villa de Colegiales integrada por otros vecinos que abastecían al barrio en tareas de pinturas, albañilería, cuidado de niños y ancianos, plomería y otras actividades de la construcción o refacción de las viviendas.
El mercado Dorrego fue importante en el desarrollo y venta la agricultora de zonas vecinas que mandaban a lo que hoy es la estación Colegiales sus producciones y que llegaban al mercado por una vía paralela que aún hoy se puede observar en la calle Concepción Arenal.
Levantado el mercado Dorrego entre gallos y mediasnoches bajo la intendencia radical devenida en 1983 como hemos dicho más arriba quedó un espacio inmenso vacío que recién ahora va logrando una nueva identidad barrial con las productoras de radio y TV.
La llegada de Ideas del Sur, de Pergolini con su Vorterix, América, Canal 9, etc., va dando la idea de un barrio que está logrando una nueva evolución en su desarrollo, productoras que al mismo van logrando, algo muy importante por cierto, la llegada de una hermosa juventud con sus veinte y picos, treinta y picos de años, que han adoptado a nuestra zona como residencia y como portadora de sus sueños que esperemos que puedan concretar en hechos pero también que se los deje adueñarse del barrio con sus expectativas, sus ideas y demás.
En medio siglo Colegiales y alrededores fueron cambiando quizás en forma apresurada en distintas centralidades, reformulaciones urbanas y demás.
Merecería un capítulo aparte las bodegas como Giol, Peñaflor y otras sobre la avenida Warnes y que una vez desmanteladas porque resultaba más negocio la especulación financiera que las fábricas (otra consecuencia del menemato con su prédica antinacional y antipopular), eso
Esos inmensos galpones fueron convirtiéndose en locales de acopio de lo recolectado
por los recuperadores urbanos a los que se paga centavitos por kilo recibido.
En suma, Colegiales fue hasta hace poco una zona de residencia de sectores medios que huían de los edificios en altura y en donde vecinos de Belgrano, para citar un caso, iban a pasar sus vidas sin tanta contaminación ambiental.
Colegiales y sus alrededores es parte de la identidad común de una ciudad que también se va reformulándose en lo generacional, en lo urbanístico, en sus usos y costumbres.
Es de esperar una pronta adecuación hacia una nueva identidad y que vecinos joviales decidan (y que los dejen decidir) qué barrio habitar y vivir.
Es tiempo de juventud, lo nuestro ya lo hicimos, para bien o para mal. Es tiempo de ellos…



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